Lo cierto es que el TLC con Estados Unidos ya es una realidad. El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, habló en su momento sobre las implicaciones de la entrada en vigencia de este acuerdo y las verdades y mitos alrededor de él.
¿Serán perdedores?
Según Díaz-Granados, el agro tiene sectores que serán ganadores, toda vez que se negociaron mecanismos para garantizar el acceso real, al igual que instrumentos de protección para los productos sensibles.
En tal sentido, tendrán oportunidad frutas, hortalizas, lácteos, productos cárnicos y tabaco. En igualdad de condiciones que los anteriores productos, ingresarán flores, azúcar y sus derivados, etanol, aceite de palma y sus derivados, preparaciones alimenticias, pastas y galletería, cacao y chocolate, panela, hierbas aromáticas, café y algodón.
'Aunque ya culminó todo el proceso y las aduanas están listas para asumir el cambio, quedan pendientes unas tareas posteriores relacionadas con algunas reformas que nos permitirán aprovechar el Tratado de Libre Comercio TLC al máximo, sobre todo en lo que respecta al acceso sanitario de productos como la carne', dijo.
El funcionario agregó que para aquellos productos sensibles se establecieron mecanismos de protección como salvaguardias automáticas, aranceles base altos y amplios plazos de desgravación, entre otros.
En la preparación está la clave para ser exitoso
El TLC ya es un hecho, y muchos coinciden en que iniciar una preparación rigurosa y dejar a un lado las lamentaciones es la mejor alternativa para disminuir la afectación. Según Amparo Guzmán, subgerente técnica de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), la revolución en las prácticas agronómicas en Colombia es más que indispensable para que los productores del país puedan ganar mayor competitividad de cara a la globalización. 'Los agricultores se tienen que volver eficientes, tener espíritu empresarial y procurar siempre la adopción de tecnología para ser más competitivos', dijo Guzmán.
La clave del éxito en el campo está en la educación sectorial.
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El objetivo de la educación es transformar a la sociedad, y cuando ésta se aplica a quienes cultivan la tierra y a los encargados de producir alimentos, el efecto es mucho mejor.
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La clave en la preparación del campesino está en su formación, así coinciden académicos y directivos gremiales.
Pero esto en Colombia sigue lejano de la realidad. Mucho de ello tiene que ver con los fenómenos de violencia que han empobrecido bastas zonas del campo colombiano.
Pero la necesidad de competir, las economías abiertas y de entender los fenómenosmodernos, han hecho que no sea poca la oferta educativa en Colombia dirigida al sector agropecuario.
En el país hay unas 19 facultades de agronomía y afines, sin contar con la oferta que existe en estudios técnicos y tecnológicos, en los cuales el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) hace un aporte importante.
Pero otras estadísticas indican que no son las carreras agropecuarias, precisamente, las preferidas de los jóvenes recién graduados del colegio.
Según la rectora de la Universidad de Santa Rosa de Cabal de Risaralda (Unisarc), institución que forma en ciencias agropecuarias, Elizabeth Villamil, sólo el 1,5% de los muchachos que buscan carreras técnicas o profesionales hoy se inclinan por esta rama, de acuerdo a análisis de la matrícula en educación superior.
Vocación
No obstante, la historia señala que entre las carreras preferidas de los jóvenes figuraban medicina, derecho, agronomía y veterinaria y afines. Pero los factores de violencia que impactaron el campo llevaron a reducir esa proporción dramáticamente.
'El campesinado tradicional durante toda su vida ha trabajado el campo, pero nunca ha tenido ni seguridad social ni reconocimiento a su tarea. además, ha sido subestimado como persona o ciudadano', señaló la directiva.
Agregó que 'ha tenido necesidades básicas insatisfechas, no ha tenido un esquema de seguridad social y esa fotografía del campesino tradicional versus las nuevas generaciones da como resultado que los muchachos estén deseosos de no vivir lo mismo que sus padres. Por ello se visualizan otros esquemas, ser creativos e innovadores en procesos de empresariado en el campo y eso es lo que debe hacer hoy la formación agropecuaria', sostuvo Villamil.
Uno de los retos, señala la Rectora, es demostrar que son productores rentables dentro de sus propios espacios y que se puede dar una transformación en calidad de vida.
'La preparación académica cambia todas las capacidades de quienes viven y trabajan el campo. La gente se motiva y encuentra sentido en la medida en que desarrolla conocimiento que, obviamente, puede ser aplicado al campo', agregó.
Villamil destaca que esto no sólo es determinante en el perfil del hombre del campo, sino que lo vuelve inquieto e interesado por otros asuntos relacionados con el sector que maneja.
A esto, la presidenta ejecutiva de Conalgodón, Luz Amparo Fonseca, agrega que la preparación académica de quienes cultivan la tierra es fundamental porque hoy se trabaja por competencias laborales, lo que significa que cada tarea u oficio tiene unas calificaciones, entrenamiento y certificaciones.
'Se han hecho acercamientos con las universidades, por ejemplo, de Córdoba y Tolima (donde está la mayor proporción de cultivos de algodón en el país) para que capaciten técnicos y tecnólogos que requiere el sector productivo algodonero. Y lo que hemos pedido es que realicen gestiones ante el Gobierno Nacional para que se disminuya considerablemente la deserción porque es muy alta', agregó.
La presidenta del gremio algodonero indica que hay un problema de falta de recursos, y reconoce que la rentabilidad del sector agropecuario ha sido baja en la última década. Con Fonseca coincide el gerente de Fedearroz, Rafael Hernández, para quien la falta de oportunidades en el campo incentiva a que las nuevas generaciones no se quedan allí porque no ven futuro.
'Una estrategia que debe proyectar el Gobierno en los muchachos del campo que quieren estudiar carrera afines, es volver a otorgar créditos, no sólo para estudios, sino para la creación de empresas en el campo', dijo.
Formación en lo que se requiere
El gerente de la Federación Nacional de Arroceros, Rafael Hernández, señaló que la academia y las facultades que ofrecen carreras agropecuarias, en cualquier nivel, deben enfocarse en formar personas de acuerdo a lo que realmente está requiriendo el sector en el país. 'Siempre hemos dicho que los profesionales obedecen a lo que ofrecen las universidades en formación y no a lo que en realidad está requiriendo el renglón. Lo que estamos viendo es que no consulta las necesidades del sector agrario y pecuario', sostuvo al indicar además que hoy se requiere de profesionales en la rama más gerentes.
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